Celebrando a María de la Merced, actualizamos nuestra misión.

Celebrando a María de la Merced, actualizamos nuestra misión.

Junto a la cruz de Jesús estaban su Madre, la hermana de su Madre María la de Cleofás, y María la magdalena. Jesús, al ver su Madre, y cerca al discípulo que tanto quería. Jn.19, 25 

Con estas palabras comienza el evangelio que se lee para la fiesta de nuestra Madre de la Merced. María junto a la Cruz, María la Madre del Crucificado no huye, como lo hicieron los discípulos. 

Esta junto al Hijo que sufre en la cruz por amor a todo el genero humano. María que acompaña a su Hijo y por medio de Él, todos los que sufren. María, la madre que se conmueve con el dolor de sus hijos, que sufren la cautividad. 

La Orden de la Merced nace de ese profundo amor que María tiene por los hermanos de su Hijo. Nolasco supo interpretar ese amor y lo mueve a fundar esta comunidad religiosa que se preocupara por los cautivos y al igual que Jesús estarán dispuestos a dar la vida. 

Cada año volvemos a mirar a esa Madre de Jesús con sus manos abiertas y sosteniendo en una de ellas los grillos de la cautividad, esos grillos que son paradójicamente símbolos de esa libertad que nos regala Dios a través de su Madre. 

Hoy la familia mercedaria esta llamada a continuar con esa obra Redentora, con la confianza de tener a María de la Merced que nos cuida y nos anima a seguir trabajando por la libertad de los hijos de Dios. 

MSB