domingo, 4 de septiembre de 2016

La Gran Romería ( Segunda Parte )

Domingo 22 de Septiembre 1918

II Parte    La Romería

            En esta segunda parte de revisión de las crónicas entorno a la Coronación de la Imagen de la Virgen de la Merced, los quiero invitar a tratar de revivir los sentimientos de esos hermanos y hermanas que hace ya cerca de 100 años (1918)  coronaron a María de la Merced “La Virgen Blanca”.  

            Como hemos señalado en la primera parte estos textos están tomados de la Revista Mercedaria. Publicación realizada por la provincia mercedaria de Chile en el 1918 , año del séptimo centenario de la Orden de la Merced.
Portada de la Revista Mercedaria Chilena 1918 

            Nos remitiremos al texto original. Se realizaran algunos comentarios cuando lo vea necesario. Los invito a trasladarnos imaginariamente al año 1918.

            El día amaneció de fiesta. Un sol esplendorosos de primavera comenzó a lucir desde las primera horas de la mañana, como no se había tenido en todo el mes. La Iglesia metropolitana, adornada con hermosos cortinajes rojos, lucía como en sus grandes festividades. Desde mucho antes de la hora indicada, se veían acudir al templo grandes pobladas de gente y en los momentos que el reloj marcaba las 9, ya sus dos amplias naves central y sur, estaban completamente llenas de fieles. La nave norte, como se ha dicho, se reservaba para los romeros, y trabajo costó a los guardias impedir que el público la invadiera.
            Eran las 9 y cuarto cuando el Illmo. Y Rmo. Arzobispo de Gangra, Monseñor Fr. Pedro Armengol Valenzuela, Delegado de la Santa Sede para oficiar en la Coronación, llego al templo, siendo recibido en la puerta principal por V. Cabildo Eclesiástico y todo el clero allí presente. A los acordes del Himno Mercedario[1] cantado en el coro, se encamino Monseñor Valenzuela hasta el presbiterio, y hecha una breve oración ante el altar mayor, tomo colocación en el sitio especial que se tenía preparado para él.
            A su llegada, se encontraba ya en el presbiterio el Excmo. Seños Nuncio Apostólico Monseñor Nocotra; el Illmo señor Obispo de la Serena Monseñor Silva Cotapos, venido especialmente para asistir a la ceremonia;  el Illmo. Señor auditor de la nunciatura Monseñor Misuraca; todo el V. Cabildo Eclesiastico, representantes del colegio de Párrocos de Santiago, gran cantidad de clero secular y representantes de todas la comunidades religiosas establecidas en la capital. En la nave central se encontraban los padrinos y madrinas de la imagen coronada que asistieron casi en su totalidad, enviando excusas los pocos que por motivos particulares se vieron privados de asistir.
Presidente de la Republica de  Chile Señor Juan Luis Sanfuentes 1915-1920
quien participara en  las fiestas de la coronación de la
Imagen de la Virgen de la Merced el 22 de Septiembre 1918 
            Damos a conocer algunos nombres : Excmo. Señor Juan Luis Sanfuentes [2]y Señora Ana Echazarreta de Sanfuentes. Señora María Luisa Mac- Clure, Presidenta de la comisión Pro-Coronación. Señora Carmen Toro de Izaza, Secretaria. Señor Ramón Barros Luco y Señora María Errázuriz de Riesco… ( La publicación contiene una larga lista de personas que fueron los padrinos de la Imagen de nuestra Madre) p. 243

            Llama la atención del impacto que sería para el el país,  en la  ceremonia estuvo presente el mismísimo Presidente de la Republica Sr. Juan Luis Sanfuentes, presidente de Chile. Incluso aparece como padrino de la Imagen de la Santísima Madre de la Merced.

            De la misma manera hubo padrinos de la provincia mercedaria de Chile. Fue un grupo de personalidades locales de cada una de nuestras presencias a lo largo del país. Concepción, Chillan, San Javier, Talca, Curicó, Chimbarongo, Rancagua, Melipilla, Quillota, San Felipe y Valparaíso.

            Está fiesta involucra a toda la Provincia Mercedaria de Chile.  Se puede apreciar al  invitar a un número importante de padrinos locales, de la totalidad de las presencias mercedarias en nuestro país, y de igual modo la gran cantidad de peregrinos venidos de varios lugares del país, que podremos apreciar más adelante.

            El reloj marcaba las 9.30 de la Mañana cuando se dio principio a la ceremonia con la Solemne misa de Pontifical[3], oficiada por el Illmo y Rvdo. Señor Valenzuela, asistidos por varios señores Canónigos y sacerdotes de la Merced, a quienes dirigía, como Maestro de ceremonias el Señor Pbro. Don Luis Baeza G. Un excelente y números grupo de cantores, tenores barítonos y bajos, en sus parte de la Compañía Lírica que actuaba en el teatro municipal, ejecutó bajo la dirección del R. P. Rojas:  el Kyrie, Gloria y Credo del maestro  Luigi Bottazzo de la gran Misa en Re mayor y el Sanctus y Agnus de Gounod, de la misa de los seminarios, de grandioso efecto coral El gran órgano tocado por el organista de la Merced, el distinguido maestro señor Aracena Infanta[4]. En el ofertorio el Maestro Aracena, ejecuto la gran Sonata y Fuga en Re, de Bach. Al terminar el Evangelio de la Misa, el provincial de los Mercedarios el R. P. Manuel Jesús Flores, desde uno de los pulpitos del templo, pronuncio una sentida alocución en la cual manifestó los motivos de la Coronación y dio gracias a cuantos a ella habían de algún modo contribuido.
Mons. Pedro Arnengol Valenzuela, mercedario chileno y quien presidiera
las  fiestas de la Coronación de la Imagen de
la Virgen de la Merced el 22 de Septiembre de 1918 

            A continuación algunos pasajes seleccionados del discurso del P. Flores (el documento en su totalidad se encuentra en la p.245 )

            “…Digámoslo de una vez, señores: venimos a recibir la gloriosa herencia que nos dejaron nuestro primitivos antepasados a pagar una deuda de inmensa gratitud a la buena Madre que nos vio nacer a la vida de la civilización; a coronar la frente de esta Virgen, cuya devoción es tan grande y antigua como Chile…” . “… a Pedro de Valdivia se le debe el habernos proporcionado esta Patria, que se llama la copia Feliz del Edén, al mercedario Correa le debemos el habernos proporcionado esta Virgen que se llama de las Mercedes…” “… el 08 de Septiembre de 1608 la Virgen Blanca, fue declarada la Patrona de Santiago y, en consecuencia, se mandó edificar para ella ese templo que hoy lleva su nombre, por donde han pasado ya saludándola reverentes, las generaciones de tres siglos y en donde se guardan con respeto cenizas de muy veneradas de familias que ya fueron…”. “ Como veis, señores, esta devoción ha sido en Chile, un árbol de profundas raíces que ha cubierto con su sombra todas las familias… un complemento para todos los hogares chilenos, porque esta bendita imagen ha tenido lugar de preferencia, tanto en el palacio del rico como en la cabaña del pobre…”. “… antes de concluir, dando las gracias por cierto a Excmo. Señor Nuncio Apostólico por haberse dignado presidir nuestra fiesta , al V. Cabildo Metropolitano por habernos abierto las puerta de su templo para celebrarla y a  vosotras y vosotros señoras y señores, por habernos honrado con vuestra presencia; debo advertiros cual es la última voluntad de nuestro Padre común, el S. Pontífice; que le pidamos a esta Virgen recién coronada, esta última Merced: Que ya llegue a término la gran tragedia humana; que cesen ya los cañones que arrojan tanto fuego de destrucción; que cesen las metrallas de consumir tanta vidas; que vuelvan ya cuanto antes para los hogares la tranquilidad, para gobernantes la concordia y la para el mundo la paz…” . Esta última petición era para solicitar el fin de la primera guerra mundial, ese mismo año el 12 de noviembre de 1918 se dio termino a la guerra.

            En las palabras del P. Flores, se puede recoger de algún modo las razones de porque se está coronando la Imagen de la Virgen. Llama la atención un dato digno de destacar. El 08 de Septiembre de 1608 es nombrada la Virgen de la Merced,  Patrona de la ciudad de  Santiago. Años después  el cabildo de Santiago opto por la Virgen del Socorro, Imagen venerada en el templo de san Francisco.


La Romería

            Cuando en el coro se cantaba el Credo empezó a llegar la Gran Romería venida del norte y del sur del país, y en breves momentos llenó por completo la nave norte de la Catedral, que se la tenía reservada.
            Como una manifestación de aplauso y de justicia a los Padres que en sus respectivos conventos organizaron esta romería, queremos insertar aquí el numero aproximados de peregrinos que, venciendo dificultades de todo género, lograron venir a Santiago a presenciar el acto de la coronación y a tributar los primeros sus homenajes a su querida Madre coronada. 

San Felipe , el R. P. Valenzuela, logro reunir más de 500 personas
Melipilla , el R. P. González , también logro reunir unas 500 personas
Chillán, el R. P. Iglesias, costeo gran parte del viaje en tren que los traslado a Santiago. Logro reunir unas 400 personas.
San Javier, el R. P. Concha y Hno Letelier, pudo congregar a 200 personas
Talca , el R. P. Bolados, congrego a 100 personas
Curicó, el P. Oñate pudo traer a 20 personas
Chimbarongo, el P. Jiménez, pudo traer más de 80 personas
Rancagua, el P. Mejia trajo a más 300 personas  

Un total de más de 2000 peregrinos, los cuales llegaron a Estación central y desde allí se encaminaron cantando cánticos sagrados a la iglesia Catedral, en los momentos, como hemos dicho , en que el Coro se cantaba el Credo, hicieron ingreso al templo.

            Para todos fue una enorme sorpresa y admiración cuando vieron llegar  a los peregrinos. De muchos ojos se escapaban lágrimas de ternura, y los fieles que los veían  llegar, no podían menos que celebrar su abnegación y piedad, al venir desde tan lejos por acompañar a su madre divina de Mercedes en el día de su coronación. Los peregrinos de Valparaíso no pudieron venir ese mismo día, pero el primer domingo de octubre realizaron una peregrinación a la Merced de Santiago, que tuvo todos los caracteres de solemnidad y devoción que la realizada el 22 de Septiembre.” 

            Dejamos hasta acá la segunda parte de estas crónicas históricas, llenas de significación para nosotros miembros de la Familia Mercedaria Chilena. La Tercera Parte la denominaremos “La  Gran Coronación”

Fr. Mario Salas Becerra 
Mercedario 



[1] Himno  Jubilar Mercedario del séptimo Centenario 1918
[2] Presidente de  la república de Chile  durante el período 1915 - 1920.
[3] La Misa Pontifical es una Misa Solemne especial, celebrada por el obispo con todo el ceremonial propio de su carácter.
[4] Aníbal Aracena Infanta fue el primer organista chileno. Nació en Chañaral en 1881 y durante 40 años de trayectoria creó más de 200 obras.

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