Domingo 22 de
Septiembre 1918
II Parte La Romería
En esta segunda parte de revisión
de las crónicas entorno a la Coronación de la Imagen de la Virgen de la Merced,
los quiero invitar a tratar de revivir los sentimientos de esos hermanos y
hermanas que hace ya cerca de 100 años (1918) coronaron a María de la Merced “La
Virgen Blanca”.
Como hemos señalado en la
primera parte estos textos están tomados de la Revista Mercedaria. Publicación
realizada por la provincia mercedaria de Chile en el 1918 , año del séptimo
centenario de la Orden de la Merced.
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Portada de la Revista Mercedaria Chilena 1918 |
Nos remitiremos al texto
original. Se realizaran algunos comentarios cuando lo vea necesario. Los invito
a trasladarnos imaginariamente al año 1918.
“ El día amaneció de fiesta. Un sol esplendorosos de primavera comenzó a
lucir desde las primera horas de la mañana, como no se había tenido en todo el
mes. La Iglesia metropolitana, adornada con hermosos cortinajes rojos, lucía como
en sus grandes festividades. Desde mucho antes de la hora indicada, se veían acudir
al templo grandes pobladas de gente y en los momentos que el reloj marcaba las
9, ya sus dos amplias naves central y sur, estaban completamente llenas de
fieles. La nave norte, como se ha dicho, se reservaba para los romeros, y
trabajo costó a los guardias impedir que el público la invadiera.
Eran las 9 y cuarto cuando el Illmo. Y Rmo. Arzobispo de
Gangra, Monseñor Fr. Pedro Armengol Valenzuela, Delegado de la Santa Sede para
oficiar en la Coronación, llego al templo, siendo recibido en la puerta
principal por V. Cabildo Eclesiástico y todo el clero allí presente. A los
acordes del Himno Mercedario[1]
cantado en el coro, se encamino Monseñor Valenzuela hasta el presbiterio, y
hecha una breve oración ante el altar mayor, tomo colocación en el sitio
especial que se tenía preparado para él.
A su llegada, se encontraba ya en el presbiterio el
Excmo. Seños Nuncio Apostólico Monseñor Nocotra; el Illmo señor Obispo de la
Serena Monseñor Silva Cotapos, venido especialmente para asistir a la ceremonia;
el Illmo. Señor auditor de la nunciatura
Monseñor Misuraca; todo el V. Cabildo Eclesiastico, representantes del colegio
de Párrocos de Santiago, gran cantidad de clero secular y representantes de
todas la comunidades religiosas establecidas en la capital. En la nave central
se encontraban los padrinos y madrinas de la imagen coronada que asistieron
casi en su totalidad, enviando excusas los pocos que por motivos particulares
se vieron privados de asistir.
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Presidente de la Republica de Chile Señor Juan Luis Sanfuentes 1915-1920 quien participara en las fiestas de la coronación de la Imagen de la Virgen de la Merced el 22 de Septiembre 1918 |
Damos a conocer algunos nombres : Excmo. Señor Juan Luis
Sanfuentes [2]y
Señora Ana Echazarreta de Sanfuentes. Señora María Luisa Mac- Clure, Presidenta
de la comisión Pro-Coronación. Señora Carmen Toro de Izaza, Secretaria. Señor
Ramón Barros Luco y Señora María Errázuriz de Riesco… ( La publicación contiene
una larga lista de personas que fueron los padrinos de la Imagen de nuestra
Madre) p. 243
Llama la atención del
impacto que sería para el el país, en la
ceremonia estuvo presente el mismísimo
Presidente de la Republica Sr. Juan Luis Sanfuentes, presidente de Chile.
Incluso aparece como padrino de la Imagen de la Santísima Madre de la Merced.
De la misma manera hubo padrinos de la provincia
mercedaria de Chile. Fue un grupo de personalidades locales de cada una de
nuestras presencias a lo largo del país. Concepción, Chillan, San Javier,
Talca, Curicó, Chimbarongo, Rancagua, Melipilla, Quillota, San Felipe y
Valparaíso.
Está
fiesta involucra a toda la Provincia Mercedaria de Chile. Se puede apreciar al invitar a un número importante de padrinos
locales, de la totalidad de las presencias mercedarias en nuestro país, y de
igual modo la gran cantidad de peregrinos venidos de varios lugares del país,
que podremos apreciar más adelante.
El reloj marcaba las 9.30 de la Mañana cuando se dio
principio a la ceremonia con la Solemne misa de Pontifical[3],
oficiada por el Illmo y Rvdo. Señor Valenzuela, asistidos por varios señores
Canónigos y sacerdotes de la Merced, a quienes dirigía, como Maestro de
ceremonias el Señor Pbro. Don Luis Baeza G. Un excelente y números grupo de
cantores, tenores barítonos y bajos, en sus parte de la Compañía Lírica que
actuaba en el teatro municipal, ejecutó bajo la dirección del R. P. Rojas: el Kyrie, Gloria y Credo del maestro Luigi Bottazzo de la gran Misa en Re mayor y
el Sanctus y Agnus de Gounod, de la misa de los seminarios, de grandioso efecto
coral El gran órgano tocado por el organista de la Merced, el distinguido
maestro señor Aracena Infanta[4].
En el ofertorio el Maestro Aracena, ejecuto la gran Sonata y Fuga en Re, de
Bach. Al terminar el Evangelio de la Misa, el provincial de los Mercedarios el
R. P. Manuel Jesús Flores, desde uno de los pulpitos del templo, pronuncio una
sentida alocución en la cual manifestó los motivos de la Coronación y dio
gracias a cuantos a ella habían de algún modo contribuido.
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Mons. Pedro Arnengol Valenzuela, mercedario chileno y quien presidiera las fiestas de la Coronación de la Imagen de la Virgen de la Merced el 22 de Septiembre de 1918 |
A
continuación algunos pasajes seleccionados del discurso del P. Flores (el
documento en su totalidad se encuentra en la p.245 )
“…Digámoslo de una vez, señores: venimos a recibir la
gloriosa herencia que nos dejaron nuestro primitivos antepasados a pagar una
deuda de inmensa gratitud a la buena Madre que nos vio nacer a la vida de la
civilización; a coronar la frente de esta Virgen, cuya devoción es tan grande y
antigua como Chile…” . “… a Pedro de Valdivia se le debe el habernos
proporcionado esta Patria, que se llama la copia Feliz del Edén, al mercedario
Correa le debemos el habernos proporcionado esta Virgen que se llama de las
Mercedes…” “… el 08 de Septiembre de 1608 la Virgen Blanca, fue declarada la
Patrona de Santiago y, en consecuencia, se mandó edificar para ella ese templo
que hoy lleva su nombre, por donde han pasado ya saludándola reverentes, las
generaciones de tres siglos y en donde se guardan con respeto cenizas de muy
veneradas de familias que ya fueron…”. “ Como veis, señores, esta devoción ha
sido en Chile, un árbol de profundas raíces que ha cubierto con su sombra todas
las familias… un complemento para todos los hogares chilenos, porque esta
bendita imagen ha tenido lugar de preferencia, tanto en el palacio del rico
como en la cabaña del pobre…”. “… antes de concluir, dando las gracias por
cierto a Excmo. Señor Nuncio Apostólico por haberse dignado presidir nuestra
fiesta , al V. Cabildo Metropolitano por habernos abierto las puerta de su
templo para celebrarla y a vosotras y
vosotros señoras y señores, por habernos honrado con vuestra presencia; debo
advertiros cual es la última voluntad de nuestro Padre común, el S. Pontífice;
que le pidamos a esta Virgen recién coronada, esta última Merced: Que ya llegue
a término la gran tragedia humana; que cesen ya los cañones que arrojan tanto
fuego de destrucción; que cesen las metrallas de consumir tanta vidas; que
vuelvan ya cuanto antes para los hogares la tranquilidad, para gobernantes la
concordia y la para el mundo la paz…” . Esta última petición era para solicitar
el fin de la primera guerra mundial, ese mismo año el 12 de noviembre de 1918
se dio termino a la guerra.
En las palabras del P.
Flores, se puede recoger de algún modo las razones de porque se está coronando
la Imagen de la Virgen. Llama la atención un dato digno de destacar. El 08 de
Septiembre de 1608 es nombrada la Virgen de la Merced, Patrona de la ciudad de Santiago. Años después el cabildo de Santiago opto por la Virgen del Socorro, Imagen venerada en el
templo de san Francisco.
La Romería
Cuando en el coro se cantaba el Credo empezó a llegar la Gran Romería venida del norte y del sur
del país, y en breves momentos llenó por completo la nave norte de la Catedral,
que se la tenía reservada.
Como una manifestación de aplauso y de justicia a los
Padres que en sus respectivos conventos organizaron esta romería, queremos
insertar aquí el numero aproximados de peregrinos que, venciendo dificultades
de todo género, lograron venir a Santiago a presenciar el acto de la coronación
y a tributar los primeros sus homenajes a su querida Madre coronada.
San Felipe , el R. P.
Valenzuela, logro reunir más de 500 personas
Melipilla , el R. P.
González , también logro reunir unas 500 personas
Chillán, el R. P. Iglesias,
costeo gran parte del viaje en tren que los traslado a Santiago. Logro reunir
unas 400 personas.
San Javier, el R. P. Concha
y Hno Letelier, pudo congregar a 200 personas
Talca , el R. P. Bolados,
congrego a 100 personas
Curicó, el P. Oñate pudo
traer a 20 personas
Chimbarongo, el P. Jiménez,
pudo traer más de 80 personas
Rancagua, el P. Mejia trajo
a más 300 personas
Un
total de más de 2000 peregrinos, los cuales llegaron a Estación central y desde
allí se encaminaron cantando cánticos sagrados a la iglesia Catedral, en los
momentos, como hemos dicho , en que el Coro se cantaba el Credo, hicieron
ingreso al templo.
Para todos fue una enorme sorpresa y admiración cuando
vieron llegar a los peregrinos. De
muchos ojos se escapaban lágrimas de ternura, y los fieles que los veían llegar, no podían menos que celebrar su
abnegación y piedad, al venir desde tan lejos por acompañar a su madre divina
de Mercedes en el día de su coronación. Los peregrinos de Valparaíso no
pudieron venir ese mismo día, pero el primer domingo de octubre realizaron una
peregrinación a la Merced de Santiago, que tuvo todos los caracteres de solemnidad
y devoción que la realizada el 22 de Septiembre.”
Dejamos hasta acá la
segunda parte de estas crónicas históricas, llenas de significación para
nosotros miembros de la Familia Mercedaria Chilena. La Tercera Parte la
denominaremos “La Gran Coronación”
Fr. Mario Salas Becerra
Mercedario
[1]
Himno Jubilar Mercedario del séptimo Centenario
1918
[3]
La Misa Pontifical es una Misa Solemne especial, celebrada por el obispo con
todo el ceremonial propio de su carácter.
[4]
Aníbal Aracena Infanta fue el primer organista chileno. Nació en Chañaral en
1881 y durante 40 años de trayectoria creó más de 200 obras.
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