jueves, 4 de enero de 2024

“la Misión nos hace bien…” La misión de la Provincia Mercedaria de Chile en tierras africanas.



“la Misión nos hace bien…”

La misión de la Provincia Mercedaria de Chile en tierras africanas. 

 

Quién de nosotros cuando estábamos en nuestros respectivos procesos vocacionales leíamos historias de religiosos y religiosas que entregaban sus vidas anunciando el Evangelio en algún país pobre de África. Desde Chile las imágenes que nos llegaban de este sufrido continente tenían que ver, en primer lugar, con hermosas imágenes de la sabana atravesada por alguna manada de elefantes y jirafas que paseaban apaciblemente; también nos llegaban las otras, imágenes dramáticas de niños muriendo de hambre o de conflictos armados que eran difíciles comprender por nosotros. Lo único que sabíamos de las guerras lo habíamos estudiábamos en los libros de historia o en alguna película de esas que se ven los fines de semana.  

A lo largo de estos años, acá en Angola, he podido conversar con decenas de personas que han sufrido la guerra y que, hasta el día de hoy, sufren por alguna persona cercana que han perdido a causa de estos conflictos. Algunos de nuestros religiosos también cargan con esas heridas. 

Creo que un poco mi vocación religiosa mercedaria, fue madurando y creciendo a través de la experiencia mercedaria de Angola. Yo ingresé el año 1996 a la comunidad, la Provincia de Chile, llevaba apenas 4 años; los primeros religiosos chilenos habían llegado a la misión en el 1992; en medio de una guerra civil que aún se desarrollaba. El 04 de abril del 2002, se puso fin a esa guerra, la que había comenzado en el año 1975, conflicto bélico que cobró la vida de entre 500.000 a 1.500.000 civiles y obligó a cuatro millones de personas a buscar un refugio fueras de sus fronteras. Todas estas experiencias y otros conceptos fundamentales como la libertad y la promoción de la dignidad de toda persona humana; fueron nutriendo mi respuesta al llamado vocacional.


Nunca imaginé estar sirviendo como Provincial de una pequeña comunidad de religiosos, pero con una historia de valentía y coraje que sorprende a muchos, se han ido abriendo paso en la historia de Chile y en nuestro caso en la historia de Angola (1992).  Los Mercedarios somos los primeros religiosos que llegaron a Chile (1535), de la mano de María nuestra madre de la Merced que nos regala la libertad que un día nos entregó su hijo Jesús.  Nuestro lema: “Libres para liberar”, nos orienta en nuestro quehacer diario en donde nos encontramos: en nuestras escuelas y colegios, parroquias y en nuestra misión mercedaria. 


Este año, 2023 nuestra presencia evangelizadora cumple 31 años sirviendo en estas tierras africanas e impulsando una serie de iniciativas que apuntan a la evangelización y a la promoción de la libertad y la dignidad de la persona humana, que se concretizan en dos escuelas y dos parroquias. 

La Orden de la Merced se hace vida en este rincón de África; y creo con fuerza que “la misión nos hace bien”. Es la convicción que cada día la confirmamos desde Chile y que se hace vida cada vez que descendemos del avión y pisamos esta tierra. 

Aún recuerdo aquel lejano 2011 cuando por primera vez pude viajar a nuestra delegación mercedaria. Angola era muy distinta a la que conocemos hoy 2023, en esa época todo se estaba reconstruyendo estructural y socialmente. Hoy Luanda, su capital, es una ciudad en construcción; fácilmente se pueden encontrar sectores que nos muestran una ciudad moderna; que en nada puede envidiar a las ciudades como las nuestras. Pero como ocurre en muchas de nuestros países; lamentablemente conviven la belleza en la infraestructura junto a la precariedad y la pobreza de un número importante de la población que sobrevive en el día a día, 

Creo que, en Chile, en todos estos años reconocen a la Provincia Mercedaria de Chile, como esa comunidad que tiene presencia en África, En más de alguna ocasión he tenido que responder al interior de ambientes eclesiales a preguntas que realizan sobre nuestra presencia, ¿Cómo está la misión ?, ¿Has tenido que ir últimamente?  Yo por mi parte orgulloso de esta historia que ya cumple 31 años, trato de contar en parte lo que estamos viviendo en estos lugares; y cómo la “Misión nos ha hecho bien”.

En estos últimos años, siempre he procurado invitar a algún hermano religioso que no conozca la misión y no ha tenido la oportunidad de compartir esta significativa experiencia carismática. Después de unos días en que pueden vivir en nuestra Delegación se van agradecidos de descubrir otra Iglesia y fortalecidos por la fe de todos nuestros hermanos y hermanas que viven su fe al alero de nuestras presencias mercedarias en Luanda o en Quicolungo. Se hace vida lo que tantas veces hemos escuchado: “el primer misionado es el propio misionero”.

 

    Al igual como se indica en nuestra historia, cuando se realizaban las redenciones; no todos los religiosos iban al lugar donde se desarrollaría (norte de África). Era una interesante empresa que se disponía para poder obtener en primer lugar la preparación espiritual de los redentores y la búsqueda de recursos que permitieran el éxito de la redención, que consistía básicamente en la compra de cristianos cautivos en manos de los musulmanes, en estos 31 años a ejemplo de nuestros mayores se sigue manteniendo el mismo principio. Es toda la comunidad mercedaria (religiosos y laicos) que se compromete a la sustentación de esta obra; todos los años se organizan una serie de actividades que permiten recolectar aportes que financian iniciativas y proyectos concretos en nuestra Delegación. Reconocemos que todo lo que tenemos y somos, está al servicio de los cautivos. Al servicio de la obra de evangelización.  

Esta nueva visita (diciembre 2023), no es como las demás visitas, pues soñamos como Delegación nuevas presencias en otras ciudades de este país, la Merced en Angola sigue creciendo; la incorporación de nuevos religiosos que están terminando su formación inicial y que se suman al trabajo pastoral carismático, nos permite soñar y proyectarnos a nuevos lugares. Soy un agradecido de Dios, de permitirme ser testigo junto a los hermanos de la actual Delegación, de cómo Él y la Virgen de la Merced van configurando nuestro servicio redentor en estas tierras Angolanas.  

 

 

                                                                                   Fray Mario Salas Becerra O. de M. 

 

 

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