Meditaciones de la
Familia Mercedaria Chilena en las
celebraciones jubilares 1918
Testimonios mercedarios en nuestra patria, recogidos en la Novena en honor de nuestra Madre de la
Merced, escrita por Don Alejandro Larraín. Publicada en la Abejita de Oro, en el séptimo centenario
de mercedario. 1918
La novena: (del
latín novem – nueve ) es un ejercicio de devoción que se practica
durante nueve días para obtener alguna gracia o pedir por una determinada
intención. Puede estar dedicada a Cristo mismo en alguna advocación, o a algún
santo canonizado cuya intercesión es más poderosa ante Dios, debido a los
méritos logrados durante su vida. Por ejemplo la Virgen María y los santos
Pueden ser nueve días consecutivos o nueve veces un día de la semana
determinado (nueve viernes, por ejemplo).
Testimonio nº 1
Una conversión
Refiere el Rdo. P. Benjamin
Rencoret en su mes de Mercedes inédito, que en 1809 vivía en Santiago don Pedro
Rudencindo Otero, acaudalado español que poseía dos tiendas donde está en la
actualidad el portal Fernández Concha, llevando una vida disipada entre los
placeres del mundo y apenas conservaba una pequeña devoción a María.
Un viernes santo pasaba por las
puertas de la iglesia de la monjas claras, cuando predicaba el padre mercedario
Tiburcio Muñoz sobre la crucifixión del señor; atraído por su voz entra a
oírle.
¡Designios de Dios! no bien había terminado el sermón, cuando el
señor Otero estaba desecho en lágrimas de arrepentimiento; resuelto a cambiar
de vida. Siguió al padre al convento, le confeso sus culpas y no quiso salir
más y pidió el hábito en calidad de hermano lego.
Recibió el hábito el 29 de
Diciembre de 1810 y murió en Santiago el 15 de mayo de 1823, después de haber
practicado en grado eminente las virtudes, sobresaliendo por su gran amor a
María de la Merced. A quien debía su conversión.
Testimonio nº 2
Libra la Virgen de la peste de
Santiago
En 1832 fue invadido Santiago por
una epidemia llamada vulgarmente entonces “escarlatina
negra”: Recurren todos a la Santísima Virgen de la Merced, llevan su
milagrosa imagen a la cual la capital le debe tantos favores, del convento de
la merced a la Iglesia Catedral con el fin de hacerle una rogativa pública.
La Virgen no demoró en otorgar
sus mercedes para que cesara el formidable flagelo.
Desde muy antiguo por milagros
análogos hay en Chile la costumbre de comprar la peste a la Virgen de la Merced, que consiste en darle la limosna
11, 13 o tantas monedas uniformes como miembros tiene la familia
Testimonio nº3
Confianza en María de la Merced
A principios del siglo XVIII,
vecino al convento de la Merced de Santiago, vivía don Domingo Valdés,
Terciario Mercedario y gran devoto de su
Madre Santísima de la Merced, hasta tener una fe ciega en su devoción, como lo
comprueba el caso siguiente. Referido por el P. Rencoret en su Mes de Merced.
“Una noche, su esposa siente golpes extraños en la tienda que poseía.
Llama a su marido diciendo que han entrado ladrones.
Su marido le pregunta ¿Qué día es hoy?- Sábado- No hay cuidado- le
contesta el marido- es imposible que nuestra Madre permita que hoy me roben- Y
se volvió a dormir tranquilamente.
Al día siguiente encuentran tres ladrones durmiendo, cerca del forado
que habían abierto en la muralla.”
Don Domingo Valdés, en recompensa
a María de la Merced, no ceso de dar limosna al P. Alonso Covarrubias para
levantar el actual templo de la Merced de Santiago, que fue refaccionado el año
1896.
Testimonio nº 4
María de la Merced invocada en
una sequía
En el acta del Cabildo de
Santiago de 1636 a 19 de Agosto se encuentra el milagro siguiente hecho por la
Santísima Madre de la Merced y reconocido públicamente.
“Iba pasando un invierno casi sin lluvias de consideración y muy
perjudicial a los campos. En estas aflicciones resolvieron los habitantes de
Santiago hacer una rogativa a la piadosa Imagen que se venera en el templo de
la Merced, de la cual, ya en ese tiempo, eran tan públicos sus beneficios.
Habiéndola invocado y tratado de sacar en procesión, ( Palabra del acta
) Para que alcanzase de su bendito Hijo enviase el socorro necesario a la
tierra por cuya causa se tenía tantos daños y pérdidas, por la intercesión de
la santísima Virgen de la Merced cayo un grandísimo aguacero cuando más
necesidad había de él y menos demostraciones daba el tiempo.”
En agradecimiento de ese favor
tan patente, sacan procesionalmente a la prodigiosa imagen de María de la
Merced y la pasean por las iglesias de Santiago entre canticos de alabanza.
Milagros como éste se cuentan
muchos de nuestra Madre del Altar mayor del convento mercedario.
Dios ha querido siempre
distribuir sus favores por medio de su augusta Madre, invoquémosela para que
nos tenga presente en la distribución de sus mercedes.
Testimonio nº 5
María de la Merced es nombrada
Generala del ejército Argentino
El ilustre héroe de la
Independencia Argentina, el General Belgrano antes de entrar al combate que le
dio la posesión de Tucumán, se puso con todo el ejército bajo los auspicios de María
de la Merced. Obtenida la victoria que acaeció el mismo día 24 de septiembre,
fiesta de la Santísima Virgen de la Merced del año 1812, se fue a los pies de
María con su ejército llevando aun el polvo y sangre del combate; acompaña con
toda su gente la procesión de la Virgen , y no encontrando suficiente esto, en
recompensa de los auxilios dados por su protectora, la proclamo Generala de los
ejércitos Argentinos y le deja a la imagen su bastón de mando y las banderas
tomadas al enemigo. Antes de emprender la campaña para el alto Perú, recibió
este ilustre General el escapulario de la Virgen de la Merced y todo su
ejército viniendo a ser, escribe el Señor Bartolomé Mitre en la Historia de
Belgrano, una divisa de Guerra en el curso de la campaña que iba a iniciarse.
¡En toda circunstancia de la vida aparece egregia la figura de
verdaderos héroes!
Testimonio nº 6
Sana a una tullida
En la historia del culto de
nuestra Señora de las mercedes en la republica de Ecuador, escrita por don Julio
Matorvelle, se refiere lo siguiente: El Rey Carlos V en premio de los muchos
servicios prestados por los mercedarios en el descubrimiento y conquista de
Ecuador, les obsequio una imagen de la Merced. Fue recibida con mucha
solemnidad en Quito la preciosa imagen de la Merced y se organizó una procesión
para trasladarla al sitio donde iba a quedar a veneración pública. Quiso la
Virgen acreditar halagadora invocación de la Merced con varios prodigios de su
bondad.
Una pobre mujer que yacía varios
años tullida y muda en su lecho de dolor, lloraba e interiormente clamaba a la
Virgen de la Merced por verse impedida para asistir a su entrada triunfante.
La Reina de la misericordia oyó
su clamor y luego se encontró completamente sana de ambas enfermedades. La
Madre de la Merced no niega sus favores cuando se lo piden con fe en bien de nuestra salvación.
Testimonio nº 7
La Virgen de la Merced favorece de un terremoto
En la crónica escrita por el R.
P. Francisco J. Ramírez, franciscano, al narrar la destrucción de la ciudad de
Penco, provincia de Concepción, inserta el siguiente prodigio de María de la
Merced.
“Cuando sucedió la catástrofe del Terremoto y salida del mar que acabó
con la ciudad de Penco residía la señora Isabel Azócar y Quiroga, viuda del General
Álamos de Puga y Novoa. Apenas pasó la tormenta los religiosos mercedarios
vienen a la ciudad y encuentran todo destruido y cubierto en gran parte por las
aguas del mar; pero la casa de la Sra. Isabel no había sufrido nada debido a la
protección de la Sma. Virgen María de la Merced de quien era fervorosa devota.”
En agradecimiento de este favor de María de la Merced a quien había
invocado en el peligro, ofreció su casa para que allí se siguiera dando culto
público a la Sma. Virgen su salvadora mientras se construía la iglesia.
Testimonio nº 8
Salvado de la muerte por el escapulario mercedario
Francisco Vivero sargento primero
de artillería, era muy devoto de la Merced y siempre llevaba a su pecho el escapulario
y gracias a esta poderosa defensa, escribe el P. Rencoret había salido sin
novedad en varias batallas de la independencia. Pero era preciso que Ntra.
Madre de Mercedes le hiciese palpar de un modo notable su protección. En una
batalla desesperada contra los españoles el regimiento de Vivero fue diezmado,
y en especial su compañía quedando cas solo al lado de su cañón, hasta que un
enemigo descargo a poca distancia su arma que fue a dar con el escapulario
mercedario que llevaba en su pecho, sin ocasionarle la menor lesión.
Enternecido por el singular prodigio exclamo: “esto es demasiado Madre mía de
la Merced muchos favores he recibido de tu mano santísima, pero ninguno como
este”.
Y beso el Santo escapulario. Después
dejo la carrera militar para entregarse al servicio
de María en el convento de la Merced de
Santiago en donde murió en calidad de hermano converso.
Testimonio nº9
El escapulario de la Merced
Encontrábase en Roma el R. P.
Benjamin Rencoret de procurador general de la Orden Mercedaría, cuando el R. P.
Agustín González franciscano misionero del Colegio de propaganda Fide de la
Santa Cruz de Queretaro en Méjico, le narró el siguiente prodigio obra del
escapulario de la Merced.
Regresaba a su patria en el mismo
vapor en que venía la familia Albeitar, española de Navarra; pero antes de
partir de Méjico se fue despedir del P. Barguichani Provincial de los
mercedarios, el cual le obsequio dos escapularios de la Merced, diciéndole que
si había alguna tempestad arrojara una al mar y, si la tempestad no cesaba,
arrojara el otro.
Antes de salir de las Antillas se
desencadeno un fuerte temporal del 03 al 04 de marzo 1879, que tenía a punto de
hundir el Ville de Bourdeau y no sólo
los pasajeros sino los mismos marineros, estaban atemorizados por el peligro. La
Señora Albeitar, acordándose del encargo del padre mercedario, arroja el
escapulario al mar; pero la tempestad siguió. Se encomienda nuevamente a la
Sma. Virgen de la Merced con más fervor acompañada de su familia y de muchos incrédulos
y arroja el segundo escapulario al mar: fue suficiente para que el mar se
tranquilizara.
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