domingo, 22 de septiembre de 2013

María Madre y Reina de la Misericordias.


            En una ocasión escuche de un hermano religioso la siguiente afirmación. “Todo mercedario debiera ser capaz de hablar de María de la Merced sin grandes problemas, porque cada día esta bajo su manto protector” … con esa certeza comienzo esta pequeña reflexión. No quiere ser  un tratado de mariología o  que respete una cierta   rigurosidad “teológica”. Simplemente es lo que un hijo puede decir de su Madre.
            Es una mirada distinta ha lo habitual, donde lo extraordinario se transforma muchas veces  en lo ordinario, que por acostumbrarnos perdemos la posibilidad de mirar  la realidad en toda su profundidad.  
            En nuestra casa de formación hay un enorme cuadro de María de la Merced, (subiendo por la escala hacia el segundo piso, los que conocen nuestra casa se recordaran), aparece coronada como Reina. Junto a ella, a sus pies. Están todos los Santos de nuestra Orden. Es un ramillete de vidas que entregaron lo mejor que tenían a la obra redentora, cada uno en sus tiempos y momentos históricos. Pero hay algo en común en todo ellos. En todas su vidas estuvo presente María de la Merced.
             En ellos y en nosotros  la santidad en ultima instancia no depende de nosotros. Somos pequeñas creaturas que se ponen al servicio de la misericordia de Dios y que quiere ser entregada a los hombre. Nos consagramos a Dios para ser instrumento que puedan transparentar el Rostro Amoroso de Dios.
             Nuestra formula de profesión religiosa lo reafirma con fuerza: “Nos consagramos a él más íntimamente para seguir a Cristo durante toda nuestra vida y nos incorporamos  esta familia” que tiene como Madre a María de la Merced.
            Pero volvamos a la pintura, al hacer esta pequeña reflexión y mirar con más atención esta obra puedo darme cuenta que hay pequeños detalles que probablemente muestran algo mucho más profundo, que el artista quería plasmar.  
            Entre este grupo de santos hay un espació que puede ser llenado por otra persona. Una primera interpretación podría ser que ese espacio es para nosotros, los que miramos esta pintura, se puede ver a Santa María del Cervellon y San Pedro Nolasco que  nos invitan a ocupar este lugar.  ¿ Podríamos concluir que hay  insinuada una intención vocacional en la obra? , No se si serian las intenciones del artista, sabemos que los primeros misioneros usaron obras como esta para evangelizar.    Interpreto hoy esta pintura  como una invitación a  ser parte de esta familia que tiene como Reina a María de la Merced.
            Una segunda mirada tiene que ver igualmente con una invitación pero esta vez podría ser mas concretamente al cautivo de ayer y de hoy. Que ha sido liberado y que es restituido en su dignidad de hijo. Ambas interpretaciones apuntan a lo mismo,  es una invitación a ser parte de esta comunidad, donde María ocupa un papel central.
            ¿Qué lugar ocupa María en mi experiencia de fe? ¿Qué papel ocupa María en nuestra propuesta vocacional? ¿Cómo está presenta María en nuestra propia vocación?. Son preguntas que nos podrían ayudar ha hacernos conscientes de manera mas profunda del papel que ocupa María de la Merced en nuestras obras y en nuestra propia vocación de mercedarios (as). 
            En estos días en que celebramos a María de la Merced o Madre de las Misericordias, valoremos la posibilidad que tenemos de ser parte de esta familia de redentores (as), que con nuestra vida y testimonio trabajemos por la libertad y el respeto por la dignidad de todo ser humano.

            María Madre y Reina de las Misericordia. Ruega por nosotros.

MSB


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